Por Moni Flores
Las mujeres de consuelo (위안부) así se conoce a uno de los peores crímenes de guerra perpetrado por el Impero del Japón durante la segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1950. Las mujeres de consuelo, mujeres jóvenes de varios países del este y sudeste asiático (China, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia Indonesia y la mayoría de Corea) que fueron utilizadas como esclavas sexuales, para las tropas japonesas, llevadas a los campos militares japoneses a través de engaños, se les prometía trabajar en fábricas, miles de chicas fueron secuestradas.
Se calcula que el número de mujeres de consuelo oscila entre 50 000 y 200 000 mujeres abusadas. El día de hoy muchas de las sobrevivientes cuentan ya con más de 80 años muchas siguieron sufriendo las secuelas en su salud debido a las reiteradas inyecciones de arsfenamina 606, un medicamento contra la sífilis, y los tratamientos de vapor de mercurio, muchas quedaron infértiles con secuelas terribles en su salud.
En Corea de Sur algunas de las sobrevivientes viven en “The house of sharing” La Casa del Compartir, es una casa de reposo creada para ellas. En el lugar se encuentra también un parque conmemorativo en el que se ubican las tumbas y bustos construidos en bronce de las mujeres que habitaron la casa. Al día de hoy algunas de las sobrevivientes y los familiares de las mujeres ya fallecidas siguen en una batalla para que Japón acepte su responsabilidad total y emita una disculpa oficial.
Las mujeres de consuelo (위안부) así se conoce a uno de los peores crímenes de guerra perpetrado por el Impero del Japón durante la segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1950. Las mujeres de consuelo, mujeres jóvenes de varios países del este y sudeste asiático (China, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia Indonesia y la mayoría de Corea) que fueron utilizadas como esclavas sexuales, para las tropas japonesas, llevadas a los campos militares japoneses a través de engaños, se les prometía trabajar en fábricas, miles de chicas fueron secuestradas.
Muchas de ellas murieron en los campos víctimas de enfermedades, malnutrición, abortos forzosos y maltratos de todo tipo perpetrados por los sodados nipones. Las sobrevivientes regresaron a sus países de origen, durante años guardaron silencio por la vergüenza que este terrible capítulo representaba en su vida.
La primera vez que en Corea del Sur se habló de las mujeres de consuelo fue a principios de los años 80´s, pero fue hasta los años noventas que las voces de las sobrevivientes fueron escuchadas. Un grupo de coreanos del sur exigieron formalmente una disculpa al gobierno de Japón a las víctimas de este periodo negro de la historia japonesa, los relatos escalofriantes de más de 200 víctimas comenzaron a salir a la luz.
Kim Sang-Hi: «Tenía 24 años y mis padres trataron de organizar mi matrimonio. ¿Cómo iba a casarme? Me habían violado, mi cuerpo se había utilizado una y otra vez. Mi corazón había sido desgarrado».
Moon Pil-Ki: «Después de soportar a tantos soldados, intenté no recibir a más aquel día, pero uno se enojó tanto que corrió a una estufa de carbón, cogió una brasa y me la lanzó. Me golpeó y quemó la espalda. Tardé tres meses en sanar».
Mrs. K: «Traté de huir. Pero me atraparon y golpearon. Luego me cortaron tres dedos»
Chong Ok-Sun «Tuvimos que atender a más de 5.000 soldados japoneses como esclavas sexuales todos los días, hasta 40 hombres venían a la habitación por día... Cada vez que protestaba, me golpeaban o me metían trapos en la boca
Se calcula que el número de mujeres de consuelo oscila entre 50 000 y 200 000 mujeres abusadas. El día de hoy muchas de las sobrevivientes cuentan ya con más de 80 años muchas siguieron sufriendo las secuelas en su salud debido a las reiteradas inyecciones de arsfenamina 606, un medicamento contra la sífilis, y los tratamientos de vapor de mercurio, muchas quedaron infértiles con secuelas terribles en su salud.
En Corea de Sur algunas de las sobrevivientes viven en “The house of sharing” La Casa del Compartir, es una casa de reposo creada para ellas. En el lugar se encuentra también un parque conmemorativo en el que se ubican las tumbas y bustos construidos en bronce de las mujeres que habitaron la casa. Al día de hoy algunas de las sobrevivientes y los familiares de las mujeres ya fallecidas siguen en una batalla para que Japón acepte su responsabilidad total y emita una disculpa oficial.
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